En Airevisual cada una tenemos nuestras manías, ¡cómo en las mejores familias!, y una de las mías (he de reconocer que soy la que más tiene) es la de reciclar, y estar detrás de los demás para que reciclen.
Nada más instalarnos en nuestra primera oficina, me faltó tiempo para poner en un rincón dos bolsas: una para el papel y otra para el plástico. La papelera que ya teníamos serviría para el orgánico. Irene pronto compró dos papeleras más para colocar las bolsas. ¡Era lo suyo!, pero yo ya vivía tranquila con la separación de nuestras tres basuras, tuvieran recipiente o no.
Yo, un poco mandona cuando me pongo, impuse el reciclaje. Y más de una vez he puesto el grito en el cielo cuando los desperdicios estaban en la papelera equivocada. En los corrillos de la oficina se comenta que tiran con miedo la basura mientras me miran de reojo...
Cuando nos mudamos a la nueva oficina, las tres papeleras encontraron pronto su ubicación. Para evitar despistes y broncas por temas tan candentes como un sobre roto, una bolsa de patatas o las mondas de una manzana, Blanca propuso poner carteles encima de cada una de ellas. ¿Por qué no se nos ocurriría antes esta genial idea?
María
4 comentarios:
La respuesta a la última pregunta del post está clara: porque es mucho más divertido echarnos la bronca ;-)
¡Queremos foto de las papeleras con sus correspondientes carteles!
@María: ¿has visto True Blood? Creo que Bill Comptom te caería bien, porque tiene una papelera para papel y otra para vidrio (el resto no, porque los vampiros no tiran basura orgánica y la True Blood viene en envase de vidrio).
Irene: con los carteles... ¡Qué de 'disgustos' nos habríamos ahorrado! :-P
Laura: no, no la he visto. Me la apunto.
Por cierto Laura, tenía pensado publicarlo con foto. Pero por si se me pasaba, la he puesto sin ella. ¡Seguro que cumplimos tu deseo! ;-)
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