martes, 24 de agosto de 2010

La hora del café

Por las mañanas, a eso de las 10, el reloj marca la hora del café. Algunas acabamos de llegar mientras que otras llevan ya un rato delante del ordenador, delante o detrás de la cámara.

La hora del café, que no es una hora de sesenta minutos, es nuestro momento. Unas veces centrado en cuestiones personales, otras laborales y, las más de las veces, una mezcla de ambas.

Mi finde semana ha estado bien. El mío un poco aburrido. ¿Me das tu azucarillo? Ahora mismo pongo eso al día. Mañana termino aquello. Esta tarde tenemos baile. Yo iré a la compra. No me lo han puesto con leche fría, ¡cómo quema! La reunión es a las doce. Ayer me terminé de leer tal libro. El jueves nos traen el pedido. La vi en el cine. Antes de acabar éso, dejamos organizado lo otro. Esta noche he quedado a cenar. ¡Mmhhh, qué ricas las tostadas! (...)

Nuestras conversaciones bailan, nuestro bolis escriben y, tras el último sorbo de café, vuelta a la oficina.

- Dos cafés con leche, uno de ellos con leche fría, uno solo y unas tostadas. ¡Gracias!

María

1 comentarios:

Laura dijo...

Chicas, cuando tengáis una semana un poco menos cargada pegadme un toque y comparto con vosotras el rato del café (y recojo mi atrezzo y le llevo a Irene los manuales del Avid).

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