viernes, 18 de junio de 2010

Cinco "consejos de madre" para sobrevivir en una productora audiovisual

En estos años de andadura profesional en Airevisual hemos aprendido valiosas lecciones, de esas que no vienen en los libros ni en Google y que sólo se adquieren con experiencia, ya sea propia o ajena. En realidad son muchas, pero de momento quiero compartir con vosotros cinco de esas experiencias que hemos vivido. Las he bautizado como "consejos de madre": esas advertencias que sólo te enseña el día a día y que, por raras que suenen al principio, acaban siendo de gran utilidad en el futuro.

1. Asume la Ley de Murphy como tu modo de vida. Si algo puede salir mal, te quedarás sin cintas, se te churruscará un cable de los focos o te entrará un virus en el ordenador que te borrará las capturas de vídeo y los archivos del tipo ‘IMPORTANTE.doc’ o ‘NoBorrar.txt’. Por tanto, asume que la Ley de Murphy es como la de la gravedad: está ahí y tienes que convivir con ella. Así que actúa en consecuencia: revisa con tiempo que no falte nada antes de una grabación, cuida el material con el que trabajas y guarda copias de los documentos importantes.


2. Localiza una tienda de ‘Todo a 0,60’ cerca. Esto es lo primero que pensé cuando nos dieron las llaves de nuestra nueva oficina. Parece una tontería pero un establecimiento como éste os puede sacar de más de un apuro. Me resulta imposible contabilizar las veces que he visitado el bazar chino que estaba a un par de calles de nuestro anterior local. De hecho, en más de una ocasión, he ido con una lista de la compra y he salido cargada de bolsas con los objetos más variopintos: papel pinocho, una diadema, un barreño, una caja de palillos, cinta adhesiva de doble cara, una peonza,… Para evitar que Murphy haga de las suyas y os trastoque la agenda de grabación, localizad una tienda de ‘Todo a 0,60’ o incluso dos, por si acaso...

3. “Oye, no me esperes que me quedo a comer en la oficina”. Las llamadas telefónicas de este tipo serán habituales porque cada día es impredecible. Así que localiza una tienda de comestibles cerca para comprar avituallamiento cuando la jornada se alargue. Lo ideal sería tener un ‘Bocatas Paco’: ese establecimiento de barrio, con bebidas y comida variada, y que te prepara un bocadillo de media barra de pan en menos de cinco minutos. Si no tienes esa suerte, un Vips para comprar algo de comer o para tomar allí te permitirá seguir trabajando sin desfallecer por inanición. En el peor de los casos, deja a mano el teléfono de Telepizza y el del restaurante de comida china más cercano, para variar de menú.

4. ¡Ojo! No te olvides de… Cada día vas a tener que hacer 20 gestiones, 30 llamadas y 50 tareas pendientes. Teniendo en cuenta que el tiempo es limitado y la pila de 'Cosas por terminar' infinita y exponencial, hazte con una agenda para organizar, priorizar y no olvidar. Las nuevas tecnologías también te ayudarán a que no te dejes nada importante sin terminar: los avisos en el móvil o los correos electrónicos recordatorio te refrescarán la memoria, sobre todo si debes acordarte de algo a una hora determinada. Si no, siempre nos quedarán los tradicionales post-its. Eso sí, hay que hacerles caso o invadirán tu mesa como una plaga de hojas fosforitas.

5. El kit de emergencia de la cámara. Este consejo nos lo dio un operador de cámara al principio de los principios de Airevisual y, gracias a él, nunca hemos tenido problemas cuando hemos ido a grabar fuera. Sería algo así como la riñonera de MacGyver. Busca un estuche de tela o un neceser para guardar un rollo de cinta americana o aislante, una tijera pequeña, un destornillador, un bote de pegamento instantáneo, un par de gomas elásticas, un bolígrafo y una libreta. Con estos “por-si-acasos” evitarás contratiempos porque una pieza de la cámara se haya roto o porque un tornillo del trípode se haya aflojado.

Irene

3 comentarios:

Laura dijo...

Grandiosos consejos, sobre todo el de buscar un bazar XD

Patricia Vera dijo...

El todo a 0,60 y la riñonera McGyver son todo uno..

Irene dijo...

Se podría decir que los bazares chinos han marcado un antes y un después en la producción audiovisual

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