Paréntesis

Me estreno en Tierra de Aire aún con la modorra de mis recientes vacaciones. Pude recorrer Bélgica y Holanda hace dos semanas gracias a un regalo de cumpleaños que fue, por supuesto, una sorpresa en la que colaboraron mis socias. De hecho, si yo hubiera sabido que podía escoger la fecha, me hubiera pasado esos diez días delante del ordenador porque en Aire siempre hay algo que hacer.

Y es que si hay algo que no te cuentan cuando te embarcas en una empresa es la dificultad de hacer planes a largo plazo. No sabes lo qué pasará en los próximos días y, por supuesto, ignoras cómo irá el trabajo en los meses siguientes. Por eso, plantear un viaje con tiempo es algo imposible, inimaginable. Así que, inconscientemente, lo vas aplazando.

Lo malo es que, a veces, llega un momento en que te has volcado tanto en la empresa, anteponiéndola a todo lo demás, que el cuerpo pide tregua. Todas las que hemos estado en Aire hemos estado en ese punto. Por suerte, hemos sabido superarlo y gestionar la crisis con algunos días libres. En cualquier caso, es difícil pensar en una misma cuando la situación económica está como está y no se puede decir que no a ningún trabajo, sea a la hora que sea, incluso los días más intempestivos.

Como contaba, este año yo ya he tenido mi paréntesis. Irene también se escapó unos días, pero tuvo un retiro más espiritual y se reencontró con ella misma haciendo el Camino de Santiago. Llegó tan emocionada con el viaje que no tuvo reparos en contárselo todo a nuestros amigos de Practicopedia. Ahí la tenéis, dando consejos a los futuros peregrinos.

Y a María tendremos que echarla dentro de poco. Quiere reservar sus vacaciones para septiembre, donde ahogará el estrés en las fiestas de su pueblo, pero creo que Irene y yo tendremos que darla un empujón para que salga de Santa Leonor 22 y disfrute un poco del veranito.

Que nos lo merecemos.

BLANCA

Blanca, en Gante